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Las personas decididas nunca se detienen. Siempre logran alcanzar sus metas, aunque en el camino encuentren inconvenientes que desafíen su determinación.


MÁS ABAJO TE VAMOS A CONTAR NUESTRA HISTORIA


El anhelo que sienten es como el combustible que impulsa cada uno de sus pasos hacia el éxito.


No importa el tiempo que tarden en "Dar a Luz" sus metas, saben que todo tiene su momento adecuado.


Al igual que una planta, primero se planta la semilla, se riega, se cuida y se protege de los parásitos que podrían marchitarla, hasta que finalmente florece y da frutos.


En un proyecto emprendedor es lo mismo. 
La naturaleza nos muestra cómo gestionar cualquier creación a la que se pretende dar vida con éxito. No tengas miedo, observa a la naturaleza; ella te enseña.


Recuerda que todo gran logro nace de la paciencia, la dedicación, la perseverancia y la confianza en el proceso. Como en la naturaleza, cada etapa tiene su propósito; confía en el tiempo, sigue aprendiendo y nunca dejes de avanzar.


También es esencial tener una mente abierta y una intuición activa, para saber cuándo es necesario ajustar el rumbo. 


Cambiar o implementar nuevas estrategias según las demandas del público o las necesidades del mercado es clave para alcanzar el éxito.


No permitas que nada te detenga y confía en ti!




Sobre la importancia de mantener una mente abierta para ajustar el rumbo de un negocio, cambiando o implementando nuevas estrategias según las demandas del público, quiero compartir una experiencia que mi pareja y yo vivimos hace algunos años. 


Javi y yo decidimos abrir un comercio de unos 120 metros cuadrados, especializado en artículos de decoración. 


Preparamos la tienda con estanterías elegantes y bien iluminadas, para resaltar la belleza de los productos. Estaba cuidadosamente organizada, con grandes escaparates diseñados con esmero.


Se nos ocurrió dedicar un pequeño espacio al fondo de la tienda para pomer velas decorativas, brujas, duendes, pirámides de orgonitas, joyeros juveniles, cajitas de madera con mensajes que hacíamos nosotros mismos y otros artículos de regalo más informales, incluyendo detalles para bautizos, bodas, comuniones y otros eventos.


Para nuestra sorpresa, con el paso del tiempo, nos dimos cuenta de que las mayores ventas provenían de ese pequeño rincón. Aunque teníamos productos preciosos y elegantes por toda la tienda, lo que más se vendía y lo que más solicitaban las clientas y clientes era el regalo informal.


Nos quedamos perplejos, ya que habíamos invertido mucho dinero en la tienda, pero el único espacio que requería reposición constante era ese pequeño rincón. 


Semana tras semana, luchábamos por generar suficientes ingresos para cubrir los gastos, ya que los productos de mayor valor no se vendían con la rapidez que necesitábamos.


Tras varios meses, nos encontramos que teníamos que meditar ante dos opciones: cerrar la tienda debido a los crecientes gastos o arriesgarnos a cambiar el enfoque. 


Decidimos liquidar los artículos de decoración a precios casi de saldo y reinvertir en ampliar la oferta de regalos informales y en aquellos productos que los clientes nos pedían.


Lo fácil hubiera sido abandonar, ya que la presión financiera aumentaba día a día. Pero, ¿por qué rendirnos cuando teníamos otra opción? Si no lo intentábamos, nunca sabríamos si ese era el camino correcto para salvar nuestro negocio.


Nos pusimos manos a la obra. Mientras liquidábamos los artículos de decoración, empezamos a prestar mucha atención a lo que el público solicitaba. 


En lugar de comprar nuevos productos al azar, escuchábamos las necesidades de nuestros clientes para poder satisfacerlas.


Para nuestra sorpresa, comenzaron a pedirnos productos que no tenían nada que ver con el estilo original de la tienda: bolsos, peluches, bisutería, regalos juveniles, portafotos informales, ropa hippie e incluso artículos de Disney.


No teníamos idea de por qué nos pedían esos artículos, pero nos adaptamos rápidamente. Buscamos nuevos proveedores que ofrecieran esos productos y les prometíamos a los clientes que, si no teníamos algo en stock, lo conseguiríamos en 24 o 48 horas.


Así, fuimos transformando la tienda por completo, convirtiéndola en un espacio de regalos jóvenes e informales, con secciones de moda, ropa hippie y regalos originales.


La clientela empezó a crecer de manera exponencial. No solo nos visitaban personas de la ciudad, sino también de pueblos cercanos y otras ciudades. Fue realmente sorprendente. 


¡En Navidad, las ventas eran tan abrumadoras que no podíamos atender a todos los clientes nosotros solos, por lo que tuvimos que contratar personal para que nos ayudaran!


Esta experiencia nos enseñó lo importante que es escuchar a los clientes y mantener una mente abierta para ajustar el rumbo cuando es necesario.


A veces, nos empeñamos en mantener una idea de negocio, incluso cuando vemos que no funciona, por miedo al cambio o por aferrarnos a nuestra visión inicial. Sin embargo, la flexibilidad y la capacidad de adaptarse a las necesidades del mercado pueden ser la clave para el éxito.


Deseamos que nuestra experiencia sirva de inspiración y como un recordatorio de que, a veces, el verdadero éxito radica en adaptarse y dejar ir las ideas preconcebidas, para abrazar las oportunidades que surgen cuando escuchamos y respondemos a las necesidades de nuestros clientes.



En el mundo digital, la capacidad para tomar decisiones y cambiar el rumbo del negocio es aún mayor. 


Las herramientas digitales no solo facilitan la adaptación, sino que también ofrecen una visión clara de lo que el público realmente quiere y necesita.


Con estas herramientas, podemos analizar tendencias, escuchar a nuestros clientes en tiempo real y ajustar nuestra estrategia de manera más rápida y efectiva.


Sin embargo, sigue siendo crucial mantener la mente abierta y estar dispuestos a evolucionar, porque en este entorno, la única constante es el cambio.


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