Fábula de Perseverancia/Buena o mala Suerte/Metáfora para Emprendedores




Cuenta una antiguo cuento chino que un hombre mayor tenía dos amores: su hijo y sus caballos de pura sangre. La llamaremos la fábula del viejo y el caballo.


Una noche un criado se dejó la puerta del establo abierta y el mejor caballo del hombre se escapó. 


Era una gran pérdida para él, y todos los vecinos de la aldea vinieron a darle consuelo y lamentar su mala suerte. Pero el hombre no estaba afectado y les dijo:


“buena suerte o mala suerte, ¿quién sabe?”


Una semana más tarde el pura sangre volvió acompañado de una yegua y de otros caballos de mucho valor. Los vecinos fueron a visitar al viejo y le felicitaron por su buena suerte. 


De nuevo, el hombre no mostraba signos de una gran alegría, y repitió: “buena suerte o mala suerte, ¿quién sabe?


Los vecinos se extrañaban de su comportamiento.


El hombre decidió aprovechar la llegada de los caballos salvajes y se dispuso a adiestrarlos con la ayuda de su hijo. 


Pero uno de los caballos era muy rebelde y al intentar domarlo, su hijo cayó y se fracturó una pierna. Cuando vino el médico aseguró que siempre se quedaría cojo. 






Los vecinos otra vez se acercaron para darle consuelo al viejo, pero nuevamente repitió: “buena suerte o mala suerte, ¿quién sabe?”. Esta vez los vecinos ya le tomaron por loco.


Pasaron un par de años y estalló una guerra. Los soldados del rey vinieron al pueblo y obligaron a todos los hombres jóvenes válidos a enlistarse para ir a combatir un lejano y peligroso enemigo. 


El hijo del viejo se salvó por cojo, y los vecinos volvieron a sorprenderse de la suerte del viejo.


"¿Lo entiendes ahora, hijo mío? Los hechos no son ni buenos ni malos en sí mismos, lo que nos hace sufrir son las opiniones que tenemos de ellos. Hay que esperar a ver cómo afectan a nuestro porvenir."


¿Que nos quiere decir esta metáfora a los emprendedores?


La vida es en sí misma es un grandísimo misterio, y en el transitar de un emprendedor que quiere dar a luz un proyecto que funcione, que aporte valor, que genere beneficios, se produce una constante que llamamos "alti, bajos".


Pero no podemos quedarnos en la desesperación de los momentos que aparentan ser "malos" o en la celebración de los momentos que aparentan ser golpes de suerte, porque los momentos "bajos" puedes traer una gran oportunidad y los momentos que aparentan fortuna pueden esconder problemas inesperados. 
"Quien sabe"





Siempre hay oportunidades y amenazas, golpes de suerte y momentos más oscuros, lo importante es seguir trabajando, perseverar, sacarle partido a la oportunidad y contrarrestar los momentos más inquietantes.


Un emprendedor no se rinde ante un obstáculo, o ante un imprevisto, un emprendedor no abandona lo que le apasiona y ama.


Estar en los momentos "bajos" nos da las fuerzas necesarias para avanzar, crecer, escalar y cuando estamos en los momentos "altos, no tenemos que quedarnos parados en la celebración, tenemos que seguir trabajando porque sabemos que nada es estático y pueden venir tiempos peores.


Si observas, 
el viejo del cuento no hizo nada especial para que se perdiera el caballo, ni para que volviera, y por supuesto no buscó que se cayera su hijo. 


Menos aún podía influir sobre las posibilidades de una guerra en el reino. Todos esos eventos son externos a su decisión.





Cuando el caballo volvió acompañado, el hombre decidió sacar partido a la oportunidad, y adiestró a los caballos. Más adelante, cuando su hijo cayó, llamó al médico para que lo curara. 


Cuando recibió malas noticias, no paró a lamentarse y siguió, sabedor que con el tiempo vendría cosas mejores. Y cuando las cosas salían bien, no paró a celebrar y siguió, porque sabía que vendrían tiempos peores.


Siempre hay causas externas que nosotros no controlamos, como es el caos de la pandemia del covid 19, no sabemos si todo es como lo cuentan los medios o quizás haya otros intereses detrás, pero lo que sí es cierto es que muchas empresas, pequeños comercios y trabajadores están viviendo momentos que aparentemente son muy nefastos. 


Es aquí donde no hay que quedarse mirando el caos ni hay que quedarse en el lamento de lo que está pasando.


Podemos quedarnos viéndonos como víctimas o podemos ver la oportunidad de reinventarnos, nosotros y nuestros negocios y proyectos.


Los momentos buenos y malos, vienen y van, lo que una vez parecía ser bueno, cambia radicalmente y se convierte en mala suerte y lo que parecía ser malo se convierte en una oportunidad de buena suerte.





La forma en la que manejamos cada situación determinará nuestros niveles de alegría y satisfacción en la vida.


Cómo humanos que somos es inevitable preocuparnos ante acontecimientos que nos inquietan y que pueden romper todas nuestras "seguridades" pero, cuando somos conscientes de que p
odemos influir en nuestro pequeño mundo  más allá de lo que pasa en nuestro entorno, la chispa interior se enciende para "ocupamos" de aquello en lo que sí tenemos control, que es nuestra emoción, nuestra determinación, perseverancia y pasión por lo que amamos hacer.


Entonces empezamos a darle otra forma a nuestros proyectos, enfocados en el momento presente, dándole nuevas perspectivas, a la vez que aprendemos de los momentos desafiantes que estemos viviendo.


Hay que confiar en el proceso de cualquier emprendimiento, los acontecimientos suceden y pueden aparentar ser buenos o aparentar ser malos, quien sabe ... pero vale la pena seguir perseverando en aquello que disfrutamos hacer, siendo flexibles, para darle los giros que tengamos que dar a nuestros proyectos.


(Montse y Javi de Habilidades para el éxito)



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